Como la mayoría de oficinistas que trabajan de 9 a 17, los trabajadores de Industrias Zlantoff cuentan los minutos que faltan para que termine su jornada laboral. Y al igual que ocurre en cualquier oficina estan obligados a sufrir ciertos percances, como que se derrame el café, que se atasque la máquina del fax…o que sean víctimas de un virus mutante. En la planta del laboratorio se derraman accidentalmente unas sustancias químicas, el edificio de oficinas activa el bloqueo de emergencia, y todo el personal se convierte, sin darse cuenta, en el primer experimento de un arma experimental biológica… un virus mutante que convierte a los afectados en zombies sedientos de sangre.